Tomando riesgos. ~ Pensamiento y Poesía

Bienvenido; aquí encontrarás parte de lo que escribo. Escritos líricos y poéticos con rimas y sin ella, escritos en prosas y experiencias de mi vida. Cada entrada que leerás tendrá un sentimiento distinto, poemas con algún significado real y que tu lo interpretarás. Intenta descubrir que puede haber en mi mente y vas a sorprenderte.

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lunes, 7 de agosto de 2017

Entré al cuarto y estabas allí, ni recordaba cómo te llamabas pero sabía que me dirías tu nombre solo al pasar la puerta. Tu nombre me dijiste y encantado quedé. No he dudado en adentrarme más al cuarto, sentarme y verte de reojo mientras esperas a que te diga alguna palabra. Qué piel tan blanca, qué cabello tan rubio, qué mejillas más coloradas empiezo a notar…Y justo allí rompo el hielo. Qué simpática eres, más que hermosa y sonriente, siento una energía que me dice que me acerque a ti, entonces decido enseñarte un truco para que uses en el ordenador que tienes en las piernas que por cierto, desde que entré acá no he dejado de ver. Deseo tocarlas. Creo que voy a arriesgarme. Justo cuando volteas el ordenador para enseñarte el truco, porque no entendías cómo hacerlo, dejo reposar mi mano derecha en tus piernas y vaya… si tan solo te observaras por medio de mí, la sonrisa de pena que tienes y que disfruto ver ahora mismo. Pero quiero más. Te quito el ordenador y lo coloco encima de la cama. Mírate ruborizada, me encanta eso. Subo mi mano por tu pierna y te da un tic de nervios y eso solo fue la puerta a mi excitación que en evidencia queda luego que te levantas porque saldrás un momento.  Y me das la espalda para salir, ¿estás corriendo de mí? Espero que no. Mira esas nalgas, ese culo, esas piernas… pero aquí te espero.

Ya llegaste, te sientas a mi lado e intentas agarrar el ordenador pero no te he dejado hacerlo. Me levanto de la cama, te tomo de las manos y te levanto también. Estás perpleja, estás sorprendida. Te agarro por las mejillas y comienzo a besarte. ¿Esto está sucediendo? Siento como me besas y cómo jugueteas con mi lengua. Me encanta como besas. Te pongo contra el armario que está allí al lado de nosotros y entonces con mis dos manos y perdido en tus labios, me voy a tus nalgas y las aprieto. Oh vaya… sueltas un gemido, sé lo que quieres y lo vas a tener.

Comienzas a usar tus manos para clavar tus uñas en mi espalda por encima de la camisa. Se siente tan bien… te doy la vuelta porque quiero pegar mi miembro a tu culo mientras beso tu cuello y hago una cadena de besos hasta tus mejillas, tu presionas tu culo a mi miembro sedienta por a que te folle. Y lo haré. No lo pienso dos veces y corriendo el riesgo de que algún familiar entre y nos encuentre, aprovecho cada instante y rápidamente desbotono tu pantalón corto y saco el suéter dentro de él y te lo quito. No le necesito, pero te dejaré el sujetador negro puesto porque me gusta cómo deslumbra tu piel ¡y tus tetas que están alucinantes!

Sin embargo, una vez que te bajo tu pantalón corto no lo quito del todo, pues lo dejo hasta un poco más arriba de tus rodillas, porque me gusta cómo te ves ahora mismo. También estoy bajando tu ropa interior. Ya estoy sacando mi pene pero mientras lo hago tan rápido como puedo y con el corazón a mil pulsaciones por segundo, tu espalda se convierte en una cama que beso ansioso. Te penetro y echas un grito fuerte y me asusto porque podrían entrar. Entonces te he tapado la boca y te cojo fuerte y más y más duro. Veo como tus nalgas rebotaban con mi pelvis al ver como mi pene entra completamente en tu vagina. Maldita sea, estoy muy excitado. Te subo los sostenes y te destapado las nalgas porque quiero agarrarte las tetas. Inmediatamente te apoyas con más estabilidad sobre el armario y te inclinas más. Mira como tiemblas y te corres. Aquí vengo al instante y me corro contigo pero en tus nalgas. Allí está mi semen esparramado en tus nalgas blancas como nieve, ese es el orgasmo que me has provocado y que tanto disfruté.

Te tumbas en la cama agotada pero queriendo más, a pesar de que te subiste el pantalón corto y color rojizo oscuro, miras mis ojos con una mirada perversa pero tímida a la vez y me dices ahora: “¿estás preparado para el siguiente round?” Y lo que respondo es lo que quieres escuchar.

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