¿Por qué habría de hacerlo? Fuiste como un
cáncer, que cuando sabía que todo se acababa, más me aferraba a ti como una
vida que jamás podría tener. Eres el cáncer y eres la vida. Y más que eso, el
dolor más placentero, el que ha sacado lo mejor y lo peor de mí y aunque siga
revisando tus publicaciones o me quede viendo tus fotos por horas, no te
extraño.
Sin embargo, sí que extraño esa parte de mí que
contigo se fue. Desde entonces estoy incompleto, y eso no es lo peor. Lo peor
es que esa parte de mí que te llevaste, sabrá Dios y Lucifer dónde la
arrojaste.
Pero a ti, yo no te extraño.
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