(Junio de 1997-Actualidad) Mi nombre es Enrique, nací en Venezuela. Mi infancia radicó en crecer en un hogar donde habían mujeres (familiares) que se dedicaron a criarme, formarme y educarme. Cursé mis estudios de nivel pre-escolar y por consiguiente, la primaria, graduándome con óptimas calificaciones.
Durante el transcurso de mis 6 años, específicamente en la primaria, era jugador de béisbol. Soy zurdo pero peculiarmente escribo con la mano derecha. Reconozco que era muy malo en ese deporte, pero me metían a jugar por lanzar muy fuerte, aunque era un poco descontrolado. Mi posición principal era primera base y secundaria pitcher.
Mientras crecía en ese momento, era una persona muy peleadora, sometía a mis compañeros del colegio solo para mostrar superioridad ante ellos. Podría decir que, el no vivir con mis padres mientras crecía me afectó un poco, solo un poco.
Cuando entré a la secundaria decidí radicalmente dejar de ser agresivo, de faltar el respeto a mis compañeros. En el mismo colegio había sido asignado en una sección donde solo conocía a dos personas, en ese momento mis nuevos compañeros querían someterme y como había cambiado mi actitud, lo lograban. Tengo un defecto en mí que es muy peculiar, siendo por ello mi persona, objeto de burla.
Sin embargo, un día me enojé, me defendí y dejaron de molestarme. Además, entraron al grado de consciencia donde me ofrecieron ser compañero de ellos y yo con el tiempo accedí. A los 13 años comencé a tener apego a la música, mi padre me regaló una guitarra eléctrica y fue donde un sueño se hacía grande en mi mente. Uno de mis amigos más allegado, que respetaba y era guitarrista, intentamos hacer una banda pero no resultó más que un hobby.
Ese primer año de secundaria conocí a personas que serían consecuencia de lo que hoy deseo con ansias. Otra persona, quién recién conocía, era también guitarrista principiante como yo y comenzamos a planificar un sueño que hoy en día sigue en pie. Finalmente, me fue muy bien académicamente, recibí un reconocimiento de la Fundación Excélsior de Venezuela.
Comenzando segundo año de secundaria conocí a una persona que para mí, le conservo como uno de los recuerdos más bonitos que me ha pasado en mi vida amorosa. Tuvimos un tipo de relación afectiva donde el destino simplemente no estaba de acuerdo con que estuviéramos juntos.
Desde aquí, mi vida de escritor comenzó.
Me gradué ese año con buenas calificaciones, aunque en matemáticas no me fue muy bien. Nuevamente, volví a ser elegido al reconocimiento de estudiante Excélsior.
Durante ese tiempo dejé el béisbol a un lado y dedicarme a bajar de peso entrenando en un gimnasio cerca de mi casa, sin embargo, posteriormente comencé a jugar béisbol nuevamente pero luego me di cuenta que ya no era lo mío, y que nunca lo fue realmente. Mi abuela Carmen, que siempre me apoyaba y quería que triunfara allí, le digo esté donde esté, que el triunfo más grande fue que ella nunca me abandonara y siempre estuviese conmigo.
En tercer año, mis notas fueron mejores pero no logré ser elegido para ir a la fundación Excélsior. Mi relación en esa etapa estaba por la borda y decidí dejarla, entonces conocí a alguien más que llamó mi atención, ¡muchísimo! y decidí intentar algo con ella.
Cuando tenía 15 años empecé a usar un programa en el cual se hacen partituras y tablaturas de muchos instrumentos, tanto de cuerda, percusión o aire. Al principio me costó demasiado y tendía a copiar canciones de otros y modificarlas, pero eran muy malas y obvias.
Asimismo, con mi guitarra iba tocando y escribiendo, al adaptarme a ese programa logré hacer canciones que hasta ahora no he podido tocarlas todas, porque era (soy) tan creativo, que escribía partituras que ni yo mismo estaba en condiciones de aprenderlas. Junto a mi amigo, Johandry, creamos y seguimos creando melodías que me atrevo a decir, una vez las perfeccionemos, podrían sonar muchísimo mejor que grande grupos del país o grupos de otros países. En ese momento, fundamos una banda que hoy en día lleva por nombre: Voider. Aunque, tuvo varios nombres anteriormente. Su inclinación es hacia el Thrash Metal.
Al finalizar el año escolar, aproveché el verano y viajé. En dicho viaje, nació en mí las ganas de estudiar allí en el Estado Carabobo, en la Universidad de Carabobo.
Posteriormente, al regresar a mi ciudad, comencé un curso de verano de Guitarra Eléctrica con un primo que se desempeña en el bajo eléctrico. Al finalizar el curso, tocamos para más de 800 personas una canción que había hecho nuestro profesor, para mí fue un logro.
En 2012, un viejo amigo de la primaria me contactó para que tocáramos y grabáramos una canción. Estaba muy emocionado y lo hicimos, en nombre a la Fundación Scout de Venezuela, en conmemoración al centenario del mismo.
Cuando adentré al nivel diversificado tenía muy mala base en matemáticas, física y química, por lo que entré a un curso y conocí a muchas personas que son parte de mi vida y que gracias a esas personas aprendí que lo mejor es ser inteligente.
Inscrito en un colegio privado, me topé con muchas personas que hoy por hoy pocas son las que se quedaron para siempre. A mediados de ese año, mi chica en ese momento me había engañado y dejado por otro pero pude soportarlo porque aún en el fondo yo no había olvidado por completo a mi amor de novela.
En el 2013 mi calificación más baja fue de 18, en un sistema del 0 al 20. Pero reconozco que el colegio tenía bajo nivel.
Ya comenzando a pensar en qué estudiaría, estaba convencido de estudiar música, pero luego alguien me hizo cambiar de parecer.
Amo la música, sin embargo, mi familia nunca estuvo de acuerdo con que estudiara eso y le dedicara mi vida. Es lamentable porque a veces se necesita un apoyo que simplemente no llega a menos que cambies de parecer... Indagando qué más podría estudiar que me gustara, conseguí la ingeniería de sonido en un instituto privado situado en la capital del país. Me fascinaba esa carrera, además, comenzaba a tener apego a la física, a la formación de la vida y a la electricidad.
La situación económica era ruda, siempre lo ha sido... Y fue donde mi padrino decidió aconsejarme. Me dijo que estudiara ingeniería eléctrica y luego podría estudiar ingeniería de sonido como un posgrado y tendría más sustento académico y tomé el consejo.
Una vez terminé ese año, hice un curso de verano de física y fue donde decidí que la electricidad y yo tendríamos un largo camino que recorrer.
El último año de bachillerato lo defino como la puerta de las sorpresas y el camino posterior del éxito. No lo sé pero, comencé a salir con mi ex-novia, sí, la que me había dejado sin explicaciones por otro. Ya podría decir que no amaba a mi amor de novela.
Se volvió una de las personas muchísimo más importantes para mí. Le di otra oportunidad y lo intentamos.
Finalicé ese año escolar y seguidamente obtuve un cupo en la Universidad de Carabobo para estudiar Ingeniería Eléctrica.
Tuve que emigrar a otro estado, mi relación amorosa seguía pero cada vez se hacía tedioso mantenerla como quería que fuese. De hecho, yo estaba en pro a mi futuro y en él estaba mi chica.
En enero de 2015 grabé mi segunda canción llamada “Atácalos” de mi banda Voider, fui quien escribió la letra y la música la hice con Johandry (guitarrista), me encargué de la grabación, mezcla, edición y masterización de la canción. Allí pude demostrar habilidades principiantes en la producción musical (por ingeniería de sonido).
Ese mismo año, muere la persona más importante de mi vida, mi abuela. Fue algo que sucedió inesperadamente. He de decir que ella vive como el mejor recuerdo en mi mente, que todos mis logros van dirigidos a ella y agradezco a la vida por haber sido prácticamente, su hijo. Siempre la amaré.
Vivir lejos de mi familia, aquella con la cual viví 17 años de mi vida es muy difícil y maduré bastante. Mi carrera es más compleja de lo que había imaginado.
En 2016, mi relación amorosa terminó. Ella ya no me amaba y ahora quería a alguien más ¿qué se le podía hacer? Es algo que suene normal, porque las personas creen que una relación amorosa a distancia no funciona. Aunque yo pienso lo contrario, si puede funcionar. Podría decir que la ruptura era algo que yo sabía que llegaría y no por mi parte. Si nunca hubiesen existido mentiras de por medio, la experiencia quizás hubiera sido distinta.
En 2017 por conflictos en mi país, Venezuela y por una enfermedad de mi tía-mamá, tuve que abandonar mi carrera parcialmente. Al ser una persona económicamente estable en una crisis económicamente que se atraviesa Venezuela este año, debía ayudar a mi familia. Regresé a mi ciudad natal y me enfoqué en trabajar en los negocios virtuales, publicidad y marketing en internet. Este mismo año tuve una relación bastante sana que no duró mucho pero una buena amistad quedó.
En 2018 a exactamente un año de haber dejado de estudiar, retomo mi carrera universitaria. Actualmente estoy escribiendo dos libros: "Obsesión" y "Las Cartas que Nunca Entregué".
Sin más que decir, brevemente, éste soy yo. Mientras la vida me enseña a vivir correctamente, yo me encargo de aprender.
Durante el transcurso de mis 6 años, específicamente en la primaria, era jugador de béisbol. Soy zurdo pero peculiarmente escribo con la mano derecha. Reconozco que era muy malo en ese deporte, pero me metían a jugar por lanzar muy fuerte, aunque era un poco descontrolado. Mi posición principal era primera base y secundaria pitcher.
Mientras crecía en ese momento, era una persona muy peleadora, sometía a mis compañeros del colegio solo para mostrar superioridad ante ellos. Podría decir que, el no vivir con mis padres mientras crecía me afectó un poco, solo un poco.
Cuando entré a la secundaria decidí radicalmente dejar de ser agresivo, de faltar el respeto a mis compañeros. En el mismo colegio había sido asignado en una sección donde solo conocía a dos personas, en ese momento mis nuevos compañeros querían someterme y como había cambiado mi actitud, lo lograban. Tengo un defecto en mí que es muy peculiar, siendo por ello mi persona, objeto de burla.
Sin embargo, un día me enojé, me defendí y dejaron de molestarme. Además, entraron al grado de consciencia donde me ofrecieron ser compañero de ellos y yo con el tiempo accedí. A los 13 años comencé a tener apego a la música, mi padre me regaló una guitarra eléctrica y fue donde un sueño se hacía grande en mi mente. Uno de mis amigos más allegado, que respetaba y era guitarrista, intentamos hacer una banda pero no resultó más que un hobby.
Ese primer año de secundaria conocí a personas que serían consecuencia de lo que hoy deseo con ansias. Otra persona, quién recién conocía, era también guitarrista principiante como yo y comenzamos a planificar un sueño que hoy en día sigue en pie. Finalmente, me fue muy bien académicamente, recibí un reconocimiento de la Fundación Excélsior de Venezuela.
Comenzando segundo año de secundaria conocí a una persona que para mí, le conservo como uno de los recuerdos más bonitos que me ha pasado en mi vida amorosa. Tuvimos un tipo de relación afectiva donde el destino simplemente no estaba de acuerdo con que estuviéramos juntos.
Desde aquí, mi vida de escritor comenzó.
Me gradué ese año con buenas calificaciones, aunque en matemáticas no me fue muy bien. Nuevamente, volví a ser elegido al reconocimiento de estudiante Excélsior.
Durante ese tiempo dejé el béisbol a un lado y dedicarme a bajar de peso entrenando en un gimnasio cerca de mi casa, sin embargo, posteriormente comencé a jugar béisbol nuevamente pero luego me di cuenta que ya no era lo mío, y que nunca lo fue realmente. Mi abuela Carmen, que siempre me apoyaba y quería que triunfara allí, le digo esté donde esté, que el triunfo más grande fue que ella nunca me abandonara y siempre estuviese conmigo.
En tercer año, mis notas fueron mejores pero no logré ser elegido para ir a la fundación Excélsior. Mi relación en esa etapa estaba por la borda y decidí dejarla, entonces conocí a alguien más que llamó mi atención, ¡muchísimo! y decidí intentar algo con ella.
Cuando tenía 15 años empecé a usar un programa en el cual se hacen partituras y tablaturas de muchos instrumentos, tanto de cuerda, percusión o aire. Al principio me costó demasiado y tendía a copiar canciones de otros y modificarlas, pero eran muy malas y obvias.
Asimismo, con mi guitarra iba tocando y escribiendo, al adaptarme a ese programa logré hacer canciones que hasta ahora no he podido tocarlas todas, porque era (soy) tan creativo, que escribía partituras que ni yo mismo estaba en condiciones de aprenderlas. Junto a mi amigo, Johandry, creamos y seguimos creando melodías que me atrevo a decir, una vez las perfeccionemos, podrían sonar muchísimo mejor que grande grupos del país o grupos de otros países. En ese momento, fundamos una banda que hoy en día lleva por nombre: Voider. Aunque, tuvo varios nombres anteriormente. Su inclinación es hacia el Thrash Metal.
Al finalizar el año escolar, aproveché el verano y viajé. En dicho viaje, nació en mí las ganas de estudiar allí en el Estado Carabobo, en la Universidad de Carabobo.
Posteriormente, al regresar a mi ciudad, comencé un curso de verano de Guitarra Eléctrica con un primo que se desempeña en el bajo eléctrico. Al finalizar el curso, tocamos para más de 800 personas una canción que había hecho nuestro profesor, para mí fue un logro.
En 2012, un viejo amigo de la primaria me contactó para que tocáramos y grabáramos una canción. Estaba muy emocionado y lo hicimos, en nombre a la Fundación Scout de Venezuela, en conmemoración al centenario del mismo.
Cuando adentré al nivel diversificado tenía muy mala base en matemáticas, física y química, por lo que entré a un curso y conocí a muchas personas que son parte de mi vida y que gracias a esas personas aprendí que lo mejor es ser inteligente.
Inscrito en un colegio privado, me topé con muchas personas que hoy por hoy pocas son las que se quedaron para siempre. A mediados de ese año, mi chica en ese momento me había engañado y dejado por otro pero pude soportarlo porque aún en el fondo yo no había olvidado por completo a mi amor de novela.
En el 2013 mi calificación más baja fue de 18, en un sistema del 0 al 20. Pero reconozco que el colegio tenía bajo nivel.
Ya comenzando a pensar en qué estudiaría, estaba convencido de estudiar música, pero luego alguien me hizo cambiar de parecer.
Amo la música, sin embargo, mi familia nunca estuvo de acuerdo con que estudiara eso y le dedicara mi vida. Es lamentable porque a veces se necesita un apoyo que simplemente no llega a menos que cambies de parecer... Indagando qué más podría estudiar que me gustara, conseguí la ingeniería de sonido en un instituto privado situado en la capital del país. Me fascinaba esa carrera, además, comenzaba a tener apego a la física, a la formación de la vida y a la electricidad.
La situación económica era ruda, siempre lo ha sido... Y fue donde mi padrino decidió aconsejarme. Me dijo que estudiara ingeniería eléctrica y luego podría estudiar ingeniería de sonido como un posgrado y tendría más sustento académico y tomé el consejo.
Una vez terminé ese año, hice un curso de verano de física y fue donde decidí que la electricidad y yo tendríamos un largo camino que recorrer.
El último año de bachillerato lo defino como la puerta de las sorpresas y el camino posterior del éxito. No lo sé pero, comencé a salir con mi ex-novia, sí, la que me había dejado sin explicaciones por otro. Ya podría decir que no amaba a mi amor de novela.
Se volvió una de las personas muchísimo más importantes para mí. Le di otra oportunidad y lo intentamos.
Finalicé ese año escolar y seguidamente obtuve un cupo en la Universidad de Carabobo para estudiar Ingeniería Eléctrica.
Tuve que emigrar a otro estado, mi relación amorosa seguía pero cada vez se hacía tedioso mantenerla como quería que fuese. De hecho, yo estaba en pro a mi futuro y en él estaba mi chica.
En enero de 2015 grabé mi segunda canción llamada “Atácalos” de mi banda Voider, fui quien escribió la letra y la música la hice con Johandry (guitarrista), me encargué de la grabación, mezcla, edición y masterización de la canción. Allí pude demostrar habilidades principiantes en la producción musical (por ingeniería de sonido).
Ese mismo año, muere la persona más importante de mi vida, mi abuela. Fue algo que sucedió inesperadamente. He de decir que ella vive como el mejor recuerdo en mi mente, que todos mis logros van dirigidos a ella y agradezco a la vida por haber sido prácticamente, su hijo. Siempre la amaré.
Vivir lejos de mi familia, aquella con la cual viví 17 años de mi vida es muy difícil y maduré bastante. Mi carrera es más compleja de lo que había imaginado.
En 2016, mi relación amorosa terminó. Ella ya no me amaba y ahora quería a alguien más ¿qué se le podía hacer? Es algo que suene normal, porque las personas creen que una relación amorosa a distancia no funciona. Aunque yo pienso lo contrario, si puede funcionar. Podría decir que la ruptura era algo que yo sabía que llegaría y no por mi parte. Si nunca hubiesen existido mentiras de por medio, la experiencia quizás hubiera sido distinta.
En 2017 por conflictos en mi país, Venezuela y por una enfermedad de mi tía-mamá, tuve que abandonar mi carrera parcialmente. Al ser una persona económicamente estable en una crisis económicamente que se atraviesa Venezuela este año, debía ayudar a mi familia. Regresé a mi ciudad natal y me enfoqué en trabajar en los negocios virtuales, publicidad y marketing en internet. Este mismo año tuve una relación bastante sana que no duró mucho pero una buena amistad quedó.
En 2018 a exactamente un año de haber dejado de estudiar, retomo mi carrera universitaria. Actualmente estoy escribiendo dos libros: "Obsesión" y "Las Cartas que Nunca Entregué".
Sin más que decir, brevemente, éste soy yo. Mientras la vida me enseña a vivir correctamente, yo me encargo de aprender.
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