Mi amigo... No he podido desenredar mis
pensamientos y cada vez el temor aumenta. No encuentro como poder dejar aun
lado toda la perspicacia que viaja en mi mente. Es mi perturbada y desquiciada
capacidad de imaginar todo lo que pocos se podrían imaginar. Quisiera acabar de
una vez con esto, yo nunca deseé ser así. Mis máximos límites están notándose y
te necesito.
Te necesito ahora que no estás constantemente
conmigo. Te necesito como el hombre necesita el agua. ¿Por qué estás tan lejos
de mí si tú puedes llegar a equilibrar mi vida? Amigo mío, por favor, volvamos
a estar juntos tan cerca como eran todos aquellos días y todas aquellas tardes.
No lo sabes, pero me estoy destruyendo por dentro. Mis pensamientos están muy
agresivos, estoy enloqueciendo y no hay nada que ocurra para cesar eso sino
estás conmigo.
Porque me he tardado en decirte, pero sé que tú
podrías ayudarme. Porque confío en ti y en cada una de tus palabras, pero
admito; cuando te conocí no confiaba en ti.
No confiaba en ti no porque creas que pensaba
que fueses una mala persona (no lo eras), sino que tu aptitud era demasiado
arrogante y me sentía muy incómodo cuando me molestabas porque eso sí, te
encantaba hacerlo cuantas veces pudieras. Viví una infancia retorcida y no
podrías entenderlo sin molestarte conmigo. Asumo que he cometido un error, o
dos o tres, y ahora que estamos tan lejos y nunca te dije nada, no porque ahora
no confiara en ti (porque confío en ti) sino que no me imaginaría tu reacción o
con qué ojos ahora me verías. Hay más cosas, hay muchas cosas y por eso te
necesito.
Necesito verte, verte para comparar tu tamaño
con el mío, tu piel con la mía, tu cuerpo con el mío y tus ojos brillantes. Y
sé que cuando te vea y te diga todo, no querrás que te abrace, así como una vez
decepcionado de mí, te dije en un mensaje: 'aunque quizás no lo quieras, te
mando un abrazo.' Mi amigo, mi tierno amigo... Tan tierno como cuando conocí
esa parte de ti que jamás me imaginé. Era bonito conocer eso de ti. Tus sonrisas.
Pero, jamás voy a olvidar esa noche en cual llorabas porque te habían roto el
corazón.
Tocabas fondo, estabas como en una nube muy
densa y no razonabas tus acciones. Te conocí más y te convertiste en más que mi
mejor amigo. Ahora podría recordarte que eres el amigo que pocos tendrían la
fortuna de tener. Y te tengo, pero no te tengo. Quiero que sepas que suspiro a
cada instante, desearía tanto vivir contigo. Ser tu hermano y desayunar todas
las mañanas antes de ir a estudiar. A veces me frustra en esa parte que no te
esté yendo tan bien como quisieras. Porque te conozco y sé, que siempre das lo
mejor de ti para alcanzar tus objetivos. Quizás pronto te vea con ojeras cuando
te cuente mi problema. Espero que no, porque tienes un rostro muy atractivo para
muchas nenas. Aunque reconozco que en la actualidad, ninguna nena quisiera
acercarte a ti porque eres más recio cuando de una chica se trata. Claro, te
comunicas con las personas de una manera muy fácil. Cuando nos reuníamos con mi
familia socializabas tú más con ella que conmigo y no porque no quisieras
hablar conmigo sino que, te gusta conversar cualquier cosa con quienes
conforman tu entorno en ciertos momentos.
Cuánto desearía volver vivir esos momentos;
cuánto más tiempo transcurre más te extraño, más te necesito y más te amo.
Pronto te vea, sé que te abrazaré, sentiré tus brazos atractivos siendo una
pinza en mi cuerpo y te contaré mis raíces problemáticas que no dejan que eche
fruto mi árbol sino que destruyen mi futuro cultivo. "No hay nadie mejor
que tú", te lo diré... Así como te lo digo ahora. Te quiero, mejor amigo.





