Del cuello se estrangula el demonio que ronda
en mi cuerpo al caer la noche,
Que toma mis pensamientos abruptos mintiendo
mente intranquila y veja,
Sin temer a sus abrazos aunque como frío
hielo mi corazón en evidencia deja,
Porque yo sé que al despertar será un
demonio menos en mi alma perpleja.
Duerme conmigo y despierta celoso por las
mañanas, sediento por beber placer,
Queriendo dominarme y tirándome al enigma
de mi problema todos los días,
Y no tiene compasión pues su objetivo son
calorías quemadas por lujurias mías,
En el auto-amor, en la obsesión de los pensamientos
oscuros, sin sol, sin amanecer.
Pero yo sé que al despertar será un demonio
menos en mi alma perpleja,
En este sueño continuo, en un bucle
programado para motivar una tristeza
Sin tener en cuenta algoritmo de felicidad porque
de mí siempre la aleja,
Así son mis demonios, así me tratan cuando llegan
a su fin y uno más me deja.
Y pensar que imaginarme piel nívea a mi merced
es la principal causa de ruina,
¡Qué abundante ansiedad en día aromatizado a
voluntad y sin torturas mentales!
Se hace creciente como tsunami de altura infinita
y mi desolación me incita,
Porque yo sé que al despertar será un
demonio menos, es la verdad, pero me excita.
Muy lindo Enrique ☺
ResponderEliminar¡Hola! muchas gracias, qué bueno que te haya gustado.
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