El
día se ha nublado, como aquella tarde cuando me alejé de tu lado.
Mis
piernas tiemblan al pensarte y puedo sentir la necesidad de tu amor,
y
mientras los latidos de mi corazón bajan la intensidad del placer,
mi
felicidad se agota y se vuelve larga melancolía de mayor temor.
Oh
mi tierno amor que ya te he dejado, ahora mis días están nublados,
como
una gran nube con abundante diluvio poblado en su cuerpo.
Donde
mis sentimientos descienden al abismo triste del cariño,
y
mi mente que busca refugio en los recuerdos vividos contigo.
Caricias
que se toparon con mi piel en aquella cama con nuestra pasión,
la
excitación de nuestros cuerpos con cada orgasmo rápidamente crecía.
Tu
tenue voz en mi oído gritaba el amor, no puedo convertirlo en perdón
ahora
que has mentido a mi corazón y yo haya dejado tu ser sin explicación.
No
pidas perdón, nuestro amor fue verdadero y ahora se irá esfumando.
Mis
próximos días sé estarán nublados pero pronto verán la luz del Sol,
donde
mi mente se alimentará de aquellas bellas palabras mentirosas que,
de
alguna forma a mi corazón y a mi vida llenaron de inmensa felicidad.
Si
tus palabras hubiesen sido sinceras, no fuese tenido el placer de la sabiduría.
Esas
palabras que me enamoraron fueron esas mismas que llenas de mentiras
destrozan
hoy mi ser y hacen crecer el desamor en nombre de ésta gran ira,
y
ahora, vive tu vida sin mí. Mi día se nubló al llegar la hora de mi partida.
06-04-2014