Lo que fue de Nosotros ~ Pensamiento y Poesía

Bienvenido; aquí encontrarás parte de lo que escribo. Escritos líricos y poéticos con rimas y sin ella, escritos en prosas y experiencias de mi vida. Cada entrada que leerás tendrá un sentimiento distinto, poemas con algún significado real y que tu lo interpretarás. Intenta descubrir que puede haber en mi mente y vas a sorprenderte.

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domingo, 20 de diciembre de 2015


Estoy aprendiendo a comprender que es sentirse cómo un estorbo. No te intuía, no te entendía, aunque creía que sí lo hacía. Somos tan parecidos y a la vez tan diferentes, ahora es evidente que donde hubo una oportunidad alguien no la aprovechaba. Tal cual a mí me sucedió. Muchas veces te vi tomada de la mano conmigo, sentía tu sonrisa aunque no te viera, tu cabello cual tocaba encariñado con su belleza, la forma de tus ojos cuando decía una tontería y te reías sin detenerte, me enamoraba más y más de ti. Pero tú no lo sabías realmente, porque no ibas a creerme si lo decía, mis acciones se confundían con las palabras que yo te hacía saber.

Nunca creí en la magia, hasta que supe de tu existencia, una peculiar coincidencia cual fue la consecuencia de mis trasnochos. Siempre esperaba atento a que la noche se pusiera y la Luna, en mi ventanilla nos viera hablando. Tus labios los imaginaba como siluetas que se marcaban en los míos, tu cuerpo que una vez reposó en mi cama, donde te saque escalofríos y tus lunares eran sencillamente mis puntos favoritos a besar. Recuerdo como, a las 01:09 el reloj anunciaba el comienzo de aquella pasión que estaba ardiendo entre ambos. Porque tú me atraías de una manera inexplicable. Recuerdo que besé tus pechos y succioné tus pezones, nunca me había imaginado ese rico sabor, y placer que obtenía de ver tus ojos voltearse de excitación, éramos ese enlace irrompible. Éramos nosotros mostrándonos nuestro amor, nuestro amor oculto pero visible cuando sonreíamos el uno con el otro. Fue la única noche, cuando reposabas tus largas cabelleras en mi almohada, deseabas ser el calor que yo necesitaba en esa noche de frío, estábamos ardiendo. Recuerdo que te diste vuelta y reposaste boca abajo y escuchaba un susurro que no lograba entender, pero sabía qué hacer. Comencé a besarte tu espalda y la curva preciosa que forma tus caderas. Rápidamente se dio notar a tu piel espeluzarse cuando comencé a besar tus nalgas y besaba tus glúteos, no me pude contener y bajé tus bragas, me deshice de ellas lanzándola hasta el final de la cama y fue allí donde abrí tus piernas colocándome en medio de ellas, besaba tu sexo, mi lengua supo de tu exquisito sabor y estaba encantada jugando con él, más tus gemidos que pronto me dijeron lo próximo que debía hacer.

Te di la vuelta y besaba tu pelvis, tú agarrabas con las dos manos mi cabello alborotado y te excitabas, lo sentía, era así, querías más y yo te iba a dar más. Tu clítoris aunque estábamos a oscuras a excepción el reloj digital cuyos números era color rojo, succionaba. Jugaba con mi lengua, introducía mis manos, me deseabas… No pude evitarlo y pronto quedé desnudo. Subí besándote por el abdomen y jugueteaba con tu ombligo y reías, oh, esa risa que me enloquecía… Comencé besar tus labios y tus piernas, que se habían estirado por la cosquilla. Pronto sin darme cuenta ya estaban en posición, tus pies estaban reposando en la cama, tus rodillas flexionadas y me agarraste las nalgas y las apretaste, fue extraño, pero luego que mordí tu labio inferior y te quejaste de un poco de dolor, entré a tu cuerpo, al placer de lo que nuestro amor secreto pudo apreciar. Mordías tus labios mientras entraba y salía lentamente de ti, y me decías al oído: “Más rápido y no pares por favor…” aún siento ese susurro en mi oído, aún recuerdo que cuando desperté no estabas y me di cuenta que fue un sueño del cual no tenía que haber despertado, porque, después que desperté, volvía a la realidad: tú sin mí, como siempre fue, tú con tu amor y yo deseándote. En algún largo momento sentí que eras para mí y yo para ti, ¿qué sucedió con ese presentimiento?

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